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centaurodeldesierto

El fascismo de todos los días

 

Hoy sin ir más lejos me ha ocurrido. Era un bar donde sirven una deliciosa cerveza de salmuera, coqueto, muy andaluz. De pronto la charla entre los dueños del bar y algunos de sus clientes comienza a pitarme los oídos, impidiéndome atender correctamente a mi deliciosa y querida compañía. Es una conversación de vísceras, de muy poca razón y mucha ignorancia. En ella se mezclan alusiones a la noticia de la expulsión de una niña de un instituto por llevar el hiyab, con manifestaciones racistas, alegatos supuestamente feministas y laicos y juicios y conclusiones xenófobas, todo ello aderezado y salpicado por chistes de dudoso gusto en los que se mofan de los negros.

Ayer también lo pensaba, qué llena está la tele de canales ultraderechistas, en los que se vanagloria a la figura de Franco, se niega el cambio climático, se cierran los programas con música militar o se hacen loas a la empresa privada y a sus excelentes resultados económicos. Todo ello con figuradas tertulias en las que salen varios tíos, una tía para dar el toque de color .que no sé por qué suele ser la más facha de todos- y un presentador que más que moderar, azuza el supuesto debate de los ideólogos de la España negra. Son los aguirristas que niegan el acceso a la escuela de la niña del hiyab, pero desean mantener los crucifijos en las aulas, las escuelas religiosas y los colegios concertados libres de inmigrantes. Todo englobado en un discurso perverso y manipulador con la correspondiente dosis de amnesia histórica. Normal que lo normal sean ese tipo de conversaciones de café. Normal que yo ya no vaya nunca más a pisar ese bar. Normal que apague la tele y ya lo único que vea sea el fútbol. Normal que me dé miedo el fascismo cotidiano de todos los días.

 

2 comentarios

Alfonso -

Cuánta razón amigo mío. Malos tiempos para la lírica.

mato -

El fascismo cotidiando de todo los días no sólo da asco y miedo en sí mismo. Da asco y miedo porque crece y crece todos los días. Da asco y miedo porque lo encabezan los hijos del Opus Dei, que no paran de reproducirse, y porque lo sustentan la masa de proletariado ignorante y de lumpen degenerado fabricada en los despachos del PSOE durante la transición. La batalla la tenemos prácticamente perdida.