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centaurodeldesierto

Crónica y contracrónica de un Mundial

Y el Mundial terminó… Atrás quedó el gol de Iniesta y el cabezazo de Puyol, la deslumbrante selección que hundió al gran equipo alemán comandado por Schweistiger, el genial partido por el tercer y cuarto puesto o el juego mezquino de Holanda en la final.

La TDT es un páramo en el que se conjugan cadenas absurdas con cadenas fascistas como la escalofriante Intereconomía y ante esto, si quieres acompañarte del murmullo del televisor, lo único que se puede ver es el fútbol, deporte al que me he reenganchado este último año. Imagino que también habrá influido la fiebre opositora en la que he estado inmerso hasta hace unos pocos días; reducido tu cerebro al nivel de blandi-blu, un poco de encefalograma plano inofensivo plasmado en tipos en calzones dándole patadas a un balón no está mal.

Decía Carlos Boyero recientemente que el mejor cine que se ha podido ver en estas semanas de julio es el mundial. Y es que tras una insufrible primera fase con alguna honrosa excepción, a partir de la fase de octavos se ha podido disfrutar de buen fútbol, con algunos partidos memorables como el España-Alemania y el Alemania-Uruguay; con un equipo, que es el que se ha llevado la copa, rebosante de talento, digno merecedor del campeonato por su juego y que entra en mi imaginario de selecciones míticas junto a la Francia del 98, la Dinamarca de los hermanos Laudrup o la República Checa subcampeona inmerecida de la Eurocopa del 96.

 

Se advertirá que en ello no hay ningún tipo de chauvinismo, ni de nacionalismo españolista. Me jode cuando suena la puñetera Marcha Real y Sergio Ramos mira al cielo con cara de sentido, los comentarios de hincha de camiseta de tirantas llena de manchas, sofá y cerveza de Camacho o la presencia del inefable Manolo el del Bombo. Se puede entender que para mucha gente el seguir a la selección española durante este mes ha sido como un paréntesis en sus vidas de hipotecas, paro y letras del coche, que ha supuesto un alivio frente al día a día ver los cambios de juego de Xabi Alonso o los regates de Iniesta. En un mundo en el que prima el individualismo y la atomización del personal en compartimentos estanco, el espejismo de sentirse parte de algo, que por una vez es positivo, une. Sin embargo, es sólo eso, un espejismo. Llama mi atención el uso en los acontecimientos deportivos de palabras como nosotros o nuestro, la utilización de la primera persona del plural, cuando en realidad los que han ganado el mundial es una plantilla de veintidós tíos y su entrenador y no cuarenta y siete millones de personas que vivimos en todo el estado español.

Por otro lado, me molesta el uso político que se hace del deporte en general y del fútbol en particular. Los maliciosos medios de comunicación aprovechan para insuflarnos de la correspondiente dosis de patriotismo con su uso del lenguaje, la constante venta de la monarquía y sus simpáticos holgazanes y un bombardeo constante en los noticiarios que cae en anécdotas que rayan la estupidez. Los perversos políticos y todo el aparataje estatal actúan según su convenio y mientras la gente mira a Sudáfrica se aprovecha para dar pistoletazo de salida a la Reforma Laboral o fallar contra el Estatut con un Tribunal Constitucional que no produce sino vergüenza ajena.

Ahora que afloran banderitas de España por todos los lugares sería bueno apelar a los intereses de clase y como el nacionalismo lo único que hace es dirimirlos y diluirlos. De seguro que mucha gente habrá sacado la rojigualda como el que saca la bufanda del Madrid o del Betis, que ni mucho menos el que ha apostado el trapito en cuestión en su ventana es un facha –de hecho el que únicamente se ondee la bandera para el fútbol irrita al facherío-; pero esto trae una contrapartida que es la normalización de un símbolo que durante mucho tiempo sólo ha sido un reflejo de los “buenos españoles” y que en definitiva no hace sino sepultar la memoria histórica de todo un pueblo.

Son muchos los sesudos contertulios que pretenden demostrar con las manifestaciones de apoyo a la selección lo calado que está el sentimiento nacional entre los habitantes de este estado nuestro y cómo las aspiraciones de catalanes o de vascos no son sino entelequias de cuatro gatos. Si el sentir español cada día está más enraizado en los jóvenes no es una consecuencia del fútbol, sino de un Estado cuyos tentáculos cada vez llegan a más sitios y de esa tele que reina en todos los salones de nuestras casas que borra el pasado para que no haya futuro.

Con esto del mundial ha habido de todo, incluso quiénes han querido solucionar de un plumazo los graves problemas económicos por los que atraviesa el país. Que al fin España saldrá de ese pozo en el que está sumida desde hace tanto tiempo, que por fin saldrá a flote la autoestima, que se pondrá coto al derrotismo que se arrastra… En definitiva que esto lo arreglamos entre todos, pero que por supuesto hay que ajustar el cinturón. No sé, yo me acuerdo de Grecia que ganó la Eurocopa en el 2004. ¿Qué dirán ahora los pobres helenos?

Por desgracia a esto del fútbol siempre le suele acompañar la caspa, Manolo Escobar cantando que viva España, el hincha de turno disfrazado de torero y haciendo pases con el capote, o los que sobre sus enfebrecidas cabezas sitúan el ilustre tricornio. Y es que cuando pensamos en lo que representa a la piel de toro ¿qué queda? ¿Los lugares comunes de la charanga y la pandereta? ¿El cine de barrio y el rollo cañí? Al final, lo único que representa a esto que llaman España es “la roja”, que aunque parezca un gigantesco símbolo tiene los pies de barro, afortunadamente. Por cierto… no puedo reprimir una sonrisa cuando escucho a los amigos de la España negra declamar contra el apelativo de la selección asustados al ver el fantasma de Marx por todas partes, aunque ay! esto del mundo del fútbol de alto standing por desgracia de rojo tiene poco y la faltriquera y el sonido de la caja registradora es lo que manda.

5 comentarios

Pedrin -

Solo queria dejar constancia de que echo de menos leer algun nuevo articulo tuyo. Al fin y al cabo es otro modo de encontrarme contigo.

Un abrazo...

...Pedrin

Terry -

Darle al pueblo "Pan y Circo" y esto de lucrarnos, esta chupao...

MariÁngeles -

Se puede decir más alto, más claro no, aplausos.

Rocío -

...Olé!! (nos lo has quitao de la boca)
Maravilloso artículo.

Pedrin -

No se podia explicar mejor.