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centaurodeldesierto

Abstención y democracia

Llama la atención como tras las elecciones catalanas se disparan sesudos análisis que evitan el primordial: el de la abstención. Y es que más del 40% de los catalanes con derecho a voto ha decidido no echar la papeleta en la urna.

Se podrá hablar del desgaste del tripartito, de la vuelta al poder del catalanismo moderado, del ascenso del PP o de la irrupción en el parlamento del ex presidente del F.C. Barcelona Joan Laporta y su formación independentista. Sin embargo, erraremos en cualquier examen que se precie si no nos preguntamos por qué un porcentaje tan alto de los catalanes han decidido hacer otra cosa antes que votar. No caeré en el error de atribuir esta abstención a un poso antisistema, pero sí que ésta es el síntoma de un desencanto de los partidos políticos y sus mundos. Cada vez menos gente se cree eso de la fiesta de la democracia y demás frases hechas con las que se bombardea al ciudadano cada cuatro años. Ya sea por pasotismo, por hartazgo, por lo manido de los discursos, por apatía; el caso es que el vulgo cada vez se siente menos identificado con esta mascarada a la que llaman democracia.

Ahora que vemos claramente como los gobiernos se mueven al dictado de los mercados independientemente de su color, todo el antes, el durante y el después de unos comicios queda reducido a comparsa mediática, en la que los simpatizantes de tal o cual partido quedan equiparados la mayoría de las veces a hinchas de equipo de fútbol.

Bien haríamos los que no nos identificamos con este compadreo en comenzar a construir alternativas distintas al poder establecido, cosa que entrañaría evidentemente el dejar que la gestión de la política y de la economía cayera en manos de toda la población por igual. De lo contrario, seguirán hablándonos los mercaderes y sus voceros desde sus atrios de mitin y periódico; realizando operaciones de maquillaje para imponer su dictadura de banqueros y tiburones. Es hora de que dejemos la apatía del sofá, el gesto cansado de apretar el mando a distancia y lo sustituyamos por la calle y el monte.

2 comentarios

Alfonso -

No entro en las cuestiones individuales de por qué la gente no va a votar. Sólo digo que eso es un síntoma claro de que las cosas no funcionan y la gente está harta; que estaría bien que ese descontento se convirtiera en algo constructivo con un fin: Un mundo mejor para todos.

Daniel M. -

La llamada "abstención pasiva" a veces es la que recibe la llamada del voto populista tipo PxC. Desgraciadamente, ese abandono momentáneo de ese pasotismo que se hace para votar tiene un efecto contraproducente.