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centaurodeldesierto

Sobre banderas y hogueras

 

No soy una persona que haya viajado mucho, ni tampoco me gusta dármelas de ciudadano del mundo y ser cosmopolita. Sin embargo, cuando he estado fuera de España me ha llamado la atención el ver la bandera nacional de turno ondeando en cada esquina. Hasta hace poco tiempo me sentía aliviado de no sufrir aquí estas rimbombantes manifestaciones de amor patrio, y cuando leía a algún articulista hacer alguna apología de la bandera roja y gualda mientras se lamentaba del poco predicamento de ésta,  me reía satisfecho. Ahora comprendo que yo no era sino un ingenuo.

Producto de las irregularidades en el afianzamiento del Estado-Nación en el siglo XIX, el chovinismo nunca fue una característica del español medio, sintiendo más éste las diferencias de clase que la identificación con supuestos símbolos nacionales. El envolverse en la bandera, el soltar la lagrimita con la Marcha Real o el intentar hallar la legitimidad del sistema en un pasado glorioso era dejado a unos pocos, mientras la mayoría se afanaba en la búsqueda de la justicia social. Pero todo esto ha cambiado con la implantación de esta democracia nuestra que padecemos, la pérdida de la memoria y el aplauso decidido a la amnesia y a la impunidad. Gracias al olvido que se fraguó en los años de la transición, que hizo entre otras cosas imponer las esencias patrias de cuarenta años de dictadura, poco a poco se empieza a imponer un patriotismo rancio, que ya comienza a saltar del fútbol y la ropa a otros aspectos del quehacer diario.

Viajo a Almería por razones de trabajo. Observo que en cada plaza hay una bandera roja y gualda. Son muchos los que contemplan la estampa con absoluta normalidad. Por mi parte sólo puedo sentir el deseo de encender una hoguera. Una hoguera en la que ardan todas las banderas sin excepción, empezando por la del Estado que me oprime todos los días.

2 comentarios

Kolander -

Muy bueno niti!¿Te has fijado de los aunucios de publicidad que hay sobre tu texto?Un abrazo!

mattula -

hombre
Almeria is different

Allí desde hace años hay instalado un nacionalismo español rancio-rancio. Incluso desde antes de que la inmigración fuese tomada como excusa. Los almerienses son muy suyos. No son andaluces. Se siente españoles y almerienses. Es lo que tiene.

De todas formas, ciertamente, el españolismo va calando. O al menos se normaliza. Las banderas españolas antes resultaban hirientes (por lo menos en Cádiz), ahora no es que se vean con alborozo, pero sí con indiferencia (me refiero a la visión que de ellas tienen los gaditanos). De todas formas, aún hoy, mucha gente sigue asociándola con el fascismo y la derecha.
Es bastante cotidiano eso de "sí sí, está muy bien; pero es de fachas".

Otra cosa es que la supuesta tolerancia democrática convierta al fascismo poco a poco, en una opción política más.