El futuro está en la calle
Me indigna esa legión de impresentables que abarca desde políticos hasta periodistas voceros que creen ver la mano del PSOE y de Rubalcaba detrás del movimiento Democracia Real Ya; son los mismos que creen adivinar similitudes con los días posteriores al 11-M en el 2004. No sé si es un acto de malicia y de clara manipulación, de ignorancia o de todo a la vez, porque la verdad es que resulta absurdo ver ese fantasma y bastante cerril hacer oídos sordos a una ciudadanía que está harta y que demuestra que no es necesario estar bajo las siglas de ningún partido político para salir a la calle. Otra cosa es la instrumentalización que haga cada uno de los grandes partidos en función de sus intereses propios, en cualquier caso enfocada a diluir la protesta, a desviar la atención con debates hueros y si nada de esto funciona aplicar el severo correctivo en forma de jarabe de palo. De todos modos, no hay mal que por bien no venga, ya que son muchos los que cada vez más caen en la cuenta de que el mejor de los mundos posibles, no es sino una dictadura de banqueros, marionetas políticas y clientelas con una delgada pátina de tintura democrática. Dicha tintura democrática se materializa a través del voto, un voto que no sirve para otra cosa que para legitimar un sistema de dudosa representatividad, con dos caras de la misma moneda y que para la inmensa mayoría de los que se dicen nuestros representantes debe ser el instrumento máximo de movilización política. Afortunadamente son los menos los que comparten tal cortedad de miras y una mayoría que crece día a día la que comprende que el futuro no está en las urnas sino en la calle.
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Largo -