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centaurodeldesierto

Los extremos no se tocan

 

Viaje al fin de la noche es una de las obras cumbres de la literatura del siglo XX. Su prosa sórdida y desgarradora te atrapa, te pone un nudo en la garganta y te toca muy adentro. Las primeras cien páginas son un auténtico viaje al corazón de las tinieblas de la 1ª Guerra Mundial. Su autor, Louis Ferdinand Cèline, se dedicó además a escribir panfletos antisemitas, filonazi, colaboró con el régimen de Vichy y tras 1945, sólo su exilio en Dinamarca le salvó de la horca. Es una muestra escalofriante, de que el nacionalsocialismo no era cosa de cuatro fanáticos engañados por Hitler, sino que por el contrario mucha gente, algunos de ellos intelectuales de sólida formación, dieron amplio apoyo, muy conscientemente, a la ideología que defendía la existencia de Auschwitz. Sin embargo, no es a esta conclusión a la que llegaba ayer un artículo aparecido en el diario El País, que haciéndose eco de la publicación de un libro relacionado con el creador de Viaje al fin de la noche, remataba a modo de guinda en el pastel con una frase de Jean-François Ravel, que decía “Si el fascismo y el comunismo sólo hubiesen seducido a los imbéciles, habría resultado más fácil librarse de ellos”.

Que el gulag estalinista o los campos de exterminio nazi tengan similares consecuencias –la muerte de millones de personas-, no significa que las ideologías a las que se aludían para justificar dicho espanto fueran de igual naturaleza. El fascismo es perverso en sí mismo, en su propia formulación (nacionalismo agresor, racismo, darwinismo social, culto a la jerarquía y al líder, desprecio a la razón…), mientras que el comunismo –y  menos el libertario- no lo es (igualdad social, abolición de la propiedad privada, participación de todos en la producción y gestión económica, así como en las decisiones políticas, universalismo…). De esta manera el nazismo no surge de aplicar el marxismo con precisión germánica como algún propagandista de la COPE ha esgrimido, sino que bebe por el contrario de las tendencias ultranacionalistas de la sangre y la tierra que se habían ido forjando en Alemania desde su fundación.

Evidentemente esto no significa exculpar de sus crímenes atroces a Stalin o justificar la pesadilla orwelliana que es Corea del Norte, más consecuencia –ya vaticinada por Bakunin- del concepto dictadura del proletariado y por extensión Estado proletario, que de lo que en esencia es el comunismo: la abolición de la propiedad privada para crear una sociedad más justa, sin ricos, ni pobres. Sí significa en cambio, el no elevar a la misma categoría moral a un Céline y a un Neruda, a un Heidegger y a un Sartre, al camisa parda de las SA y al jornalero que se partió la cara contra la dictadura de Franco. En definitiva se trata de desmentir rotundamente esa afirmación tan extendida y tan manida de que los ¿extremos? políticos se tocan. Nada tiene que ver, aunque nos lo intenten vender de otra manera, -sin ir más lejos este fin de semana pasado los amigos progres de Cuatro- la gente antifascista reunida en Vallecas, con la escoria neonazi que fue a pasearse por allí con la connivencia de la policía y de la subdelegación del gobierno.

3 comentarios

Daniel M. -

Podemos apelar a quizás una influyente frase dentro de las corrientes de opinión occidentales, aquella que salió de una de las mentes más brillantes* del siglo XX, Joseph Goebbels: "«Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad».

Un abrazo,
Daniel M.

*Con la palabra "brillante" no pretendo exaltar su figura, sólo que por el simple hecho de haber aupado a un enano con bigote y extranjero (era austriaco) ante un ejército como el nazi, es, como mínimo, ""digno"" de analizar.

Alfonso -

Hola Elenowski, qué pasa wapísima? Mi intención no es equiparar el nazismo con el comunismo, ni mucho menos, sino más bien todo lo contrario. Si surge este artículo es por ver como desde los medios de comunicación se equipara el fascismo con la "extrema"? izquierda, cuando desde luego no tienen nada que ver. Y sí, el fascismo es algo malo y perverso, mientras que el comunismo en su formulación no lo es, como ya digo en el artículo. Precisamente con este artículo lo que pretendo combatir es el simplismo de los mass media en sus análisis y que va calando en mucha gente...Matizar... Bueno wapa...Besitos desde el sur...a ver si nos vemos en breve...

elena -

Hola guapizimo!!! qué alegria saber de ti aunque sea por estos mundos cibernéticos...de hecho te he estado buscando por esa cosa del feisbuk jejejje, pero nada....ahora me das una grata sorpresa con esto del blog, porque además puedo leerte, y eso es siempre un placer. Aunque en este último articulo, que es el único que he leido por ahora, me parece un poco simplista la antagonia que planteas entre comunismo y nazismo, entre buenos y malos....ya sé que tu analizas el tema desde una perspectiva mucho más compleja, pero la idea, que no es baladi, toma un rasgo de simplicidad....al menos asi lo he sentido yo.....
Al margen de esto último, que sepas que tienes una incondicional que te leerá a partir de hoy ;)
Te mando un abrazo enorme desde bilbao hermoso. Ojala nos veamos pronto amigo mio.
Aguuuuur