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centaurodeldesierto

El piso de papel

 

No sé por qué nos dio por meternos allí. Siempre lo atribuí a que nos había dado un mal aire, a que nos cogió el día tonto. Era nuestro segundo año de facultad y tras haber pagado la novatada yéndonos a vivir con gente que no conocíamos, decidimos irnos a vivir mi colega Capi y yo juntos. La elección no pudo ser más desacertada. Situado en la Calle Ejército de África (que no veas que nombrecito), nuestro piso era estrecho y pequeño, un cuarto sin ascensor, y con un casero que parecía el Profesor Jirafales del Chavo del Ocho. Pronto, muy pronto, nos dimos cuenta que el sitio que habíamos elegido para vivir era como el camarote de los hermanos Marx. Una cosa surrealista y sin mucho sentido. El epíteto no es gratuito, si se tiene en cuenta las características del piso, características que a continuación pasamos a enumerar:

a)      El telefonillo se encontraba dentro de una de las tres habitaciones. El compañero de esta habitación se levantaba temprano, por lo que a las once solía estar encamado. Era bastante habitual que algunos amigos se pasaran por el piso a eso de la una o las dos, despertando al pobre de Antonio Ángel, el cuál aguantaba la "despertá" con un inusual estoicismo.

b)      El suelo era de plástico. Sí, como lo oís. Lo que hacía de suelo, no eran baldosas, ni losas, sino una especie de plástico malo, sacado de los tiempos del Cuéntame. Como estábamos todo el día fumando pitillos, era bastante normal que muchas pedrolas cayeran al suelo, lo que llevaba aparejado el consiguiente agujereamiento de éste.

c)       En lugar de haber puertas en las habitaciones había una suerte de elemento plegable hecho de plástico que separaba los cuartos del salón e impedía que pudieras tener un mínimo de intimidad.

d)      El salón se guardaba del exterior por una serie de ventanas de cristal -no de paredes, tabiques o muros- lo que conllevaba mucho frío en invierno -el vaho mientras hablábamos formaba parte de la cotidianeidad- y mucha, muchísima calor en verano.

e)      Para encender la luz de la cocina tenías que abrir un armario. De esta manera cuando caía la noche y entrabas en la cocina, abrías el armario y allí ¡voilá! Encontrabas el interruptor. Como nuestro querido casero no nos dijo nada sobre el último grito en nuevas tecnologías, tuvimos que descubrir el invento por nuestra propia cuenta...

f)       El frigorífico por las noches temblaba como una abuelita en invierno, emitiendo un ruido ensordecedor. Este frigorífico encajaba en una fina pared a cuyo otro lado, se hallaba la almohada del Capi, el cuál no se caracterizaba por tener un sueño profundo y pesado precisamente... Vamos que el pobre no pegaba ojo.

g)      La cocina comunicaba con el cuarto de baño. La puerta del cuarto de baño era de cristal amarillo nicotinoso, siendo muy agradable cocinar mientras veías la silueta de tu compañero de piso enfrascado en paños mayores. Claro, que todo era mejorable cuando el compi tiraba de la cadena y abría la puerta, confundiéndose los olores de la sopa de sobre con los que salían del aseo.

h)      Una lámpara digna del burdel más sórdido, de un llamativo cristal rojo, coronaba mi dormitorio. Desafiando las normas de la gravedad, esta lámpara se encontraba sujeta al techo por un cable muy fino, lo que hacía que estuviera torcida y amenazara con caerse cualquier día. Curiosamente, lo que solía estar debajo de esa lámpara era mi cabeza.

En fin, y este es el escenario de un año -el curso 2000-2001- en el que nos pasó de todo. Salto desde la ventana del piso de al lado hasta mi casa, barbas que se remojan en un puchero, actividades amatorias contempladas por una atónita vecina, música punk a todo volumen hasta altas horas de la madrugada, gusanos que salen de las bolsas de basura, neveras vacías conteniendo únicamente un yogur caducado... Pero, bueno, eso es otra historia.

 

7 comentarios

Pedrin -

Ey, yo a eso de tu piso lo llamo Cadiz.
Yo tengo la friky teoria de que Cadiz es una anomalia en Matrix, que en el mundo de las maquinas tambien tiene que haber algun cachondo mental.
Por cierto, algun dia alguien tendra que contar las "Aventuras y Desventuras de Fonsi y Pedrino" Jajaja.

Un abrazo muy grande...

Pedrino

rastra -

Por fin el yonk sale del armario!tranquilo que contribuiremos a tu sacrosanta obra de divulgación de la genialidad y la degeneración... un beso, guapetón

mato -

inopia

1. f. Pobreza, escasez:
(inopia creativa -que a veces te afecta hueva-) Aquí puedes tener un filón de argumentos inacabable.

valdex -

Ja, ja, ja, que wueno, por favor quiero maaaaas.
Te mando una cosa matu, a ver que te parece, jejeje
¿qué será eso de la inopía?

mato -

pues no es mala idea
comic underground 100%
a lo mejor es el impulso que Valdex necesita para salir de la inopia.

Capi -

Buenísimo pisha!!! me he jartao de reir ompare. Que acierto has tenido pisha, yo creo que nuestras historias son para un comic, seguro que la peña se jarta de reir.

Estoy impaciente por las segunda entrega!!

Salud!!

Rafa

mato -

larga vida al Yonk